Hola a todos de nuevo!! Ya estoy aquí otra vez!!! Perdonad por la tardanza pero hasta que me he asentado en la ciudad ha pasado casi UN MES!!! Sí, estoy escribiendo desde Toronto ahora mismo, lugar en el que espero estar durante el próximo año (al menos!!!). He abierto un blog para contar mi experiencia en la ciudad, si os interesa, podéis consultarlo aquí.
Después de haber encontrado piso, me encuentro actualmente buscando trabajo y, cómo no, he empezado por los museos de la ciudad. Me he estado fijando en las visitas guiadas que organizan estos museos y he visto que la mayoría indica 30 personas como máximo para el grupo que va a disfrutar de la visita y he pensado en escribir un post al respecto.
En realidad este es un tema sobre el que podríamos debatir ampliamente, yo presento mi opinión y me gustaría que dejarais la vuestra en los comentarios. Todo lo que escribiré a continuación hace referencia a las visitas que se suelen organizar para un público adulto, no a aquellas dirigidas por ejemplo a niños, donde tendríamos que basarnos en otras cuestiones para establecer el número del grupo.
Si atendemos a la legislación relativa a los guías turísticos de las diferentes comunidades autónomas y hasta donde yo conozco, casi todas establecen el número máximo de personas por grupo en 30 (la de la Comunidad Valenciana por lo menos así lo establece).
Sin embargo, pienso que esta cifra se estableció para poder otorgar algo de calidad “regulada” a las visitas guiadas, puesto que las 30 personas del grupo pueden (de peor o mejor manera) ver y escuchar al guía. Aun así, se trata de una cifra sin una justificación clara, ya que por mi experiencia los guías llevan hasta 50 personas en el grupo la mayoría de las veces, que son las que caben en un autobús. Pocas veces se contratan dos guías para un autobús.
Dejando a un lado este tipo de normativas, la parte fundamental que hay que tener en cuenta para establecer el número de participantes es el espacio del que disponemos para mover y poder detener al grupo en un punto determinado. Por muy bueno que sea el discurso, si el grupo no cabe en el punto que hemos establecido y está incómodo (porque o no ve o no oye) todo el diseño no habrá servido para nada.
A priori parece una obviedad, pero no sería la primera vez que se diseña una visita sin ver el lugar in situ y luego vienen los problemas. Una vez que hemos tenido este aspecto en cuenta, todo dependerá de cómo se plantee la visita.
En mi opinión, para que un grupo pudiera interactuar de verdad, éste no debería tener más de 10 personas, así todos podrían participar y se podría establecer un pequeño debate entre los asistentes, donde el guía fuera guía y moderador y presentara la información para luego discutir sobre ella.
Sin embargo, si echamos un vistazo a la mayoría de las visitas guiadas que a día de hoy se realizan en muchos equipamientos culturales, éstas se plantean con un emisor y varios receptores en cuyo caso (y en términos generales):
- Si son visitas tradicionales donde el guía transmite una información a viva voz y plantea algunas preguntas a lo largo del recorrido, pienso que el grupo debería tener entre 20 y 25 personas. Con grupos más numerosos empieza a haber problemas de acústica.
- Si, por otro lado, durante la visita se utilizan receptores, el grupo puede tener entre 25 y 30 personas, porque con más personas aunque oigan, no ven (salvo que sea un lugar muy espacioso donde quepan todos ampliamente).
Como digo, esto es lo que yo opino sobre el tema, pero hay muchos otros factores que influyen a la hora de establecer un número máximo de asistentes por grupo como, por ejemplo, si hay que rentabilizar el servicio de visitas guiadas en términos económicos, o si se trata de un lugar que sólo se puede visitar un día a la semana y los grupos tienen que ser numerosos para que más gente pueda visitarlo… cada visita es un mundo.
Y vosotros, ¿qué pensáis?