Vamos a comenzar este apartado al que he llamado “Técnicas de guía” con una de las técnicas principales que tiene que dominar todo guía cultural y de turismo: nunca dar la espalda al grupo mientras se está explicando algo. Os dejo una foto para que veáis a qué me refiero:
Como podéis observar, no hay nadie mirando hacia el grupo. Debo decir que esta foto sólo sirve para ilustrar el tema al que hacemos referencia puesto que el guía de este grupo no era un guía profesional, sino una de las personas que trabajaba en la recuperación del edificio que estábamos visitando. Por ello, no tiene por qué saber que nunca se le debe dar la espalda al grupo mientras que se explica un edificio en este caso. Además, se trataba de un grupo pequeño en un espacio totalmente diáfano y completamente silencioso por lo que al guía se le escuchaba perfectamente sólo con colocarnos a su alrededor.
Bueno el caso es que, como bien digo, el guía debe explicar siempre de cara al grupo de personas al que se esté dirigiendo, bien sea un grupo de 50 o uno de tan sólo 10 personas. No da buena sensación que el guía no mire al grupo directamente mientras está relatando su discurso, por un lado por la sensación de desconfianza que transmite, puesto que parece que el guía no conoce el recurso en sí y que está preparando su explicación sobre la marcha. Un guía profesional se sabe al dedillo cómo es, por ejemplo, la fachada de un edificio y, por tanto, no necesita contemplarla para poder hablar de ella.
En segundo lugar, por la sencilla razón de que no se le escucha. Cuando el grupo es relativamente pequeño, no suele haber problema a la hora de oír al guía pero, qué pasa si son 50 personas? Este tipo de grupos suele ser muy habitual. Los que se encuentran en la última fila apenas pueden escuchar la explicación así que imaginaos si, además, la voz va en otra dirección y no llega directamente al grupo.
Otro de los aspectos importantes es el hecho de que el guía debe intentar mirar a todas y cada una de las personas del grupo mientras explica (cosa que sería imposible realizar si les da la espalda). Esto hace que cada persona se sienta importante dentro del grupo, que vea que el guía dirige su explicación para todos y no sólo para unos pocos que están en primera fila y que parecen los más interesados.
En mi opinión se trata simplemente de una cuestión de respeto hacia las personas que están participando en la visita, pero a veces vemos guías que no emplean esta técnica y la verdad, se merma de manera notable la calidad de la visita.