Hace un mes aproximadamente tuve la oportunidad de escaparme unos días a Nueva York por primera vez. La verdad es que ya tocaba, después de casi 3 años viviendo en Toronto. Mi visita al Tenement Museum era prácticamente obligada: he leído muchas buenas críticas y mucha gente me ha dado muy buenas referencias de este museo aquí, en Toronto.
El Tenement Museum es un museo que trata de difundir la historia de los inmigrantes que llegaron al Lower East Side de NYC durante las primeras décadas de 1900. Para ello, se basan en historias personales y tratan de establecer una conexión entre aquellos inmigrantes y los visitantes de hoy en día.
El museo está en 97 Orchard Street y es un edificio antiguo o ¨Tenement Building¨, construido en 1863. El ¨Tenement¨ es un tipo de edificio específico, este sería más o menos su significado: una casa que en su momento fue construida para una única familia empieza a dividirse en multiples espacios habitables (pequeños apartamentos) con la intención de acomodar la llegada de cantidades ingentes de inmigrantes. Son edificios estrechos, de entre 5 y 7 plantas, construidos con materiales baratos, tienen muy poca luz y no tienen agua corriente ni ventilación. Como se construían intentando aprovechar todo el espacio disponible, estos edificios no tienen ventanas en los laterales (porque están prácticamente pegados el uno al otro), hay una única ventana que ventila toda la casa. La organización encontró este edificio que llevaba inhabitado desde hacía décadas y lo restauró para hacerlo visitable.
El museo tiene una tienda/centro de visitantes en la misma calle pero no en el mismo edificio. Aquí se puede ver un video explicativo de unos 15 minutos que está diseñado para que la gente pueda entrar en cualquier momento, no hace falta verlo de principio a fin. En este mismo centro de visitantes es donde comienzan las visitas guiadas, la única manera de visitar el museo. No está permitido sacar fotografías (muy a mi pesar) y los guías no son guías, son docentes.
Hay varias visitas diferentes pero yo participé en estas 3:
La primera visita guiada fue ¨Outside the home¨, un tour alrededor del museo en el que nuestra guía nos explicó el tipo de ambiente que tendría el barrio y algunos de los edificios más importantes que definían la zona durante las últimas décadas de 1800 – primeras de 1900. La verdad es que una parte de la visita fue tradicional, pero en cada parada la docente te preguntaba qué opinabas sobre la inmigración y, al final, la visita se convertía en una conversación. También cuentan como la construcción de nuevos edificios en la zona esta afectando al barrio. Se están construyendo mayoritariamente apartamentos de lujo y los servicios que hay alrededor no son de lujo precisamente, son tiendas tradicionales, algunas todavía regentadas por los descendientes de aquellos primeros inmigrantes.
Luego realicé la visita del tercer piso ¨Sweatshop Workers¨ en la que nos contaban la historia de una familia que se dedicaba al corte y confección. En un espacio muy pequeñito tenían una pequeña empresa de confección y realizaban vestidos en su mayoría, que después vendían. Lo que más me gusta de esta visita es que, valiéndose de censos de la época, se centran en la historia particular de una familia, no se generaliza la experiencia como inmigrante. A esta familia concreta le pasó esto, pero no significa que otros vivieran de la misma manera: hay una parte de generalización y una parte específica.
La última visita del día fue una visita especial ¨Exploring 97 Orchard¨ que sólo se realiza los jueves para visitar los pisos 1, 2 y 4. La visita se centraba más en el edificio y su restauración y las complicaciones que ello conlleva. En esta visita nos dieron una linterna y un libro con imágenes para que pudiéramos disfrutar de todos los detalles. Y la visita se convirtió en espectacular cuando la guía empezó a contar todas las cosas en las que el museo había metido la pata: desde el papel de las paredes, en el que tras la restauración apareció información que aportaba nuevos datos sobre qué papel se habría utilizado, pasando por las incoherencias en los censos para saber quién vivía allí, hasta el motivo por el que se habían adoptado ciertas decisiones. Nos preguntaron si creíamos que habían hecho bien dejando un papel que no correspondía a la época que estaban interpretando: jamás me habían preguntado eso en un museo.
Guiando a grupos de no más de 20 personas, las tres docentes fueron especiales: Cada una tenia su propio estilo pero ninguna te dejaba indiferente. El storytelling estaba muy elaborado, es de esas visitas que te tienen en tension y con la boca abierta durante todo el rato. Y, sinceramente, tiene su dificultad porque las visitas de mayor duración son aquellas en las que se visitan diferentes espacios pero hablar durante una hora en un espacio del tamaño de nuestro salón sin aburrir al personal tiene su mérito!
Lo que más me gusta de este museo es que habla de temas controvertidos, como la restauración, la inmigración, y de cómo aquella situación de 1900 es extrapolable a la situación de hoy en día. Se trata de concienciar al visitante, no sólo de contarle una historia. Y te permiten expresar tu opinión y debatir con otros visitantes esas opiniones, a la vez que los docentes expresan su punto de vista. El museo se posiciona, no es objetivo.
En mi opinión, este es un museo muy diferente, y creo que si lo hubiese visitado mientras vivía en España no hubiese significado lo mismo para mí. El hecho de ser un emigrante y darte cuenta de que, aunque en menor medida, compartes muchos de los sufrimientos que tenían aquellos primeros inmigrantes se convierte en algo totalmente relevante. La información no hace la misma mella en aquellos que hemos emigrado o tienen familiares que han emigrado que en un turista al uso.
Recomiendo encarecidamente la visita al Tenement Museum si tenéis la oportunidad de ¨pasar¨ por Nueva York en algún momento. Si puedo, repetiré seguro, aún me quedan un montón de historias personales que descubrir.